MDCS 4292
En el año 1860 la reina Isabel II tenía previsto hacer un viaje a Barcelona. Los contactos con varias personalidades daban motivo a creer que la reina viajaría a Cardona para visitar el museo de la sal. Este busto de Su Majestad era el obsequio con que se quería corresponder a la atención de su visita. Al final, la reina no visitó la villa de Cardona y el busto se quedó en el museo.