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La muestra ilustra los resultados de la investigación sobre la brujería llevada a cabo entre el año 2015 y el 2017.
La iniciativa tiene una pretensión científica y presenta la brujería como un fenómeno social y científico en Poniente y en el Pirineo. El estudio lo ha coordinado el historiador Pau Castell y ha contado con un equipo formado por antropólogos y investigadores de diferentes territorios: Toni Escala, Sara Arjó i Elisa Ros (la Val d’Aran) Núria Morelló (la Plana de Lleida) Carlos Guàrdia (l’Alt Urgell), Oriol Riart (el Pallars Sobirà), Miquel Bailach (el Pallars Jussà) y Marcel·lí Corominas (el Solsonès).
Entre las principales conclusiones de la investigación, que la exposición ilustra, se extrae que algunos de los primeros juicios europeos sobre brujería se llevaron a cabo en el Pirineo, concretamente en las Valls d’Àneu, y que las mujeres acusadas de brujería en Cataluña eran señaladas y perseguidas por sus vecinos y no por la Inquisición, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora. La «fama de bruja» se heredaba por vía materna, y mientras que en los Pirineos la caza de brujas era recurrente, en las comarcas de la Plana era puntual. Además, la investigación sitúa los últimos recuerdos de la brujería en los años 50, y mientras que en la Plana se hace difícil encontrar testigos vivos que recuerden alguna práctica de brujería, en los Pirineos aún hay gente que cree en ella e incluso evitan hablar del tema por temor.
Han aparecido nuevos testimonios orales de gente de edad avanzada de la plana de Lleida y los Pirineos que ponen en relieve una vivencia de la brujería hasta hace poco, concretamente hasta los años 50. La investigación ha confirmado que siempre se identifica la brujería en mujeres de la comunidad a las que se hace responsable de enfermedades y muertes por sus maleficios.
En la investigación se puede diferenciar claramente dos ámbitos. Por un lado, los Pirineos (Pallars, Alt Urgell i Aran), donde la brujería está mucho más presente y se asemeja más a la documentada históricamente. Y por el otro, la Plana, donde se hace más difícil encontrar gente que tenga algún recuerdo de ella. De hecho, este ha sido buena parte del problema para los investigadores en la plana: la ausencia de gente que quiera hablar de ello, ya sea porque no lo han vivido o porque no se encuentran testimonios. En cambio, en la montaña se ha encontrado gente que todavía hoy cree en ello y, además, no todos quieren hablar del tema porque temen que les traiga mala suerte.
La primera fase de la investigación se llevó a cabo en la Noguera, la Segarra, l’Urgell, el Pallars Sobirà y la Val d’Aran, y la segunda fase, en el Segrià, el Solsonès, el Pallars Jussà y l’Alt Urgell. En todos los casos se realizó a partir de entrevistas y testimonios orales. Además, se incorporó parte de la recerca etnográfica sobre el tema realizada en Andorra.
La investigación ha sido posible gracias al apoyo del Institut Ramon Muntaner, del Institut d’Estudis Ilerdencs, de la Diputació de Lleida y de diferentes museos de la red, que ha permitido hacer una primera recopilación de material oral y histórico. La producción de la exposición ha sido posible gracias al Departament de Cultura, el Institut d’Estudis Ilerdencs i el IDAPA (Institut per al Desenvolupament i Promoció de l’Alt Pirineu i Aran). La muestra forma parte de las actividades del Año Europeo del Patrimonio Cultural, que se conmemora en 2018. La exposición, igual que lo hacen el resto de las organizadas por la Xarxa de Museus, pone en valor las colecciones que custodian los museos que forman parte de la Xarxa. La muestra da continuidad a la importante tarea que se está haciendo desde las instituciones museísticas de documentación, conservación, estudio y difusión del patrimonio de las tierras de Lleida.
La exposición combina las dos vertientes que ha abordado la investigación: la histórica y la etnológica. Así, por ejemplo, se pueden escuchar diversos audios, entre ellos los de personas que han vivido el fenómeno de la brujería en primera persona. También se pueden encontrar objetos que se utilizaron para protegerse de ella, como llares y amuletos, entre otros. También se muestran documentos históricos y materiales que ilustran las diferentes conclusiones a las que ha llegado la investigación.
Durante los años 2018 y 2019, la exposición ‘Se’n parlave i n’hi havie’ recorrerá los museos de la Xarxa de Museus de les Terres de Lleida i Aran. Hasta el 7 de mayo ha estado en el Ecomuseu de Esterri d’Àneu. Del 11 de mayo al 24 de junio estará en el Museu Diocesà i Comarcal de Solsona. De allí pasará al Museu de la Conca Dellà, donde estará entre el 5 de julio y el 12 de agosto. Llegará al Museu de Cervera el 20 de agosto, donde se exhibirá hasta el 22 de octubre, y terminará el año en el Museu de la Noguera, donde se podrá visitar desde el 8 de noviembre de este año hasta el febrero de 2019. Luego continuará en el resto de museos de la Xarxa.