Al lado de la iglesia hay un cementerio modernista diseñado en 1916 por el arquitecto Bernardí Martorell. Este era discípulo de Gaudí y sus influencias se dejan ver de forma evidente en elementos como la aguja con la cruz superior. El cementerio se inscribe en su entorno con una planta irregular adaptada al terreno y aprovecha los recursos naturales –por ejemplo, las piedras– para hacer espacios sepulcrales. El recinto muestra una dicotomía simbólica entre las piedras caídas, símbolo de la muerte, y las encinas, símbolo de la vida. Su originalidad y su conservación hacen de él un ejemplo único en Cataluña.
« Torna a El museo en el territorio
« Torna a Edad Contemporánea