La Catedral de Solsona domina la entrada a la ciudad, junto al Portal del Pont. Toda ella parece del color de la tierra que la rodea.
El antiguo templo canonical románico, del cual se ven fácilmente los ábsides y el campanario, contaba con un claustro finamente esculpido del que se conservan muchos elementos. La iglesia fue reconstruida en estilo gótico y fue erigida en catedral a finales del siglo XVI, pero de su pasado románico nos habla aún en voz alta la hermosísima escultura de la marededeu del Claustre, vinculada al taller de Gilabertus de Tolouse, una de las creaciones más finas de todo el siglo XII. La imagen es objeto de la devoción de los solsonenses, que a lo largo de los siglos han conservado la tradición de sus milagros.
Inmediato a la iglesia y ocupando el nivel superior de su claustro está el Museu Diocesà i Comarcal de Solsona, con importantes colecciones románicas, góticas y arqueológicas, entre las cuales se conserva buena parte del conjunto escultórico del claustro románico.