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Estas pinturas formaban parte de un conjunto sepulcral emplazado, originariamente, en el presbiterio de la iglesia de Sant Pau de Casserres.
En el intradós del arco hay los ángeles con las trompetas del Juicio Final y, en el centro, la representación del Cordero místico. En el crucero del fondo del arcosolio, se representa a Cristo con el símbolo del alfa y omega, del sol y de la luna, acompañado de dos figuras que resucitan de sus tumbas. En el paramento exterior hay la escena del pecado original con Adán y Eva y las figuras, de gran tamaño, de san Pablo de Narbona y san Cristóbal.
La cronología de estas pinturas corresponde al primer período del arte gótico lineal y son consideradas como una de las mejores muestras del llamado estilo 1200 en Cataluña.
Con motivo de la última remodelación del museo, llevada a cabo en 1983, se procedió a la limpieza y consolidación de todo el conjunto.